Hoy os proponemos el que posiblemente sea el postre más conocido, replicado y versionado de la gastronomía pero,  lo vamos a hacer de una forma muy especial. Y es que la nuestra, va a ser una tarta de queso semicurado.

¡Di adiós a las tartas de queso sin alma, sin sabor y sin identidad! ¡ Prueba la tarta de queso semicurado de Hinojosa!

Receta de tarta de Queso Semicurado:

200 gr de Queso Finojosa rallado, 1 base de masa quebrada,  4 huevos, 500 gr de queso crema ( Mascarpone), 185 gr de nata para montar, 150 gr de azúcar, ralladura de limón y una vaina de vainilla, 1 cucharada de maizena ( opcional)

En primer lugar colocamos la masa quebrada ( podría servirnos hojaldre también) sobre el molde, la pinchamos con ayuda de un tenedor, cubrimos con garbanzos para que no suba mucho y la horneamos unos 12 minutos a 180ºC. De esa forma nos aseguramos de que no quede cruda. 

Mientras tanto vamos preparando el relleno de nuestra tarta de queso semicurado. Para ello ponemos todos los ingredientes en un recipiente – excepto la vaina de vainilla  de la que extraeremos solamente las semillas interiores- y trituramos para hasta conseguir una masa homogénea.

Una vez saquemos la base horneada, retiraremos los garbanzos, la dejaremos enfriar durante unos 5 minutos y, sobre ella, verteremos la mezcla que hemos preparado.

Volvemos a introducirla en el horno y dejamos que se cocine a 170ºC hasta obtener el punto deseado. Si queréis obtener una tarta muy cremosa, -siempre dependiendo de vuestro horno-, con unos 30 minutos tendríamos suficiente. Por el contrario, si os gustan un poco menos «líquidas», hornearemos 15-20 minutos más ( también podéis añadirle una cucharada de maicena al relleno cuando lo estáis triturando).

Si vuestra tarta de queso semicurado empieza a dorarse muy rápido y corre riesgo de quemarse, podéis solucionarlo poniendo un papel de aluminio por encima. Al final de la cocción lo retiráis durante unos minutos para que se termine dorando de una forma homogénea.

A hora de servir, la podéis tomar en templado o en frío. También podéis optar por disfrutarla sin necesidad de añadirle mermelada de fresa para, de esa forma, saborear el queso en toda su intensidad. Pero eso ya, lo dejamos a vuestro gusto 😉